La conocí
a finales de los años 80. Yo rebuscaba en el concejo de Caso ideas,
iniciativas, personas sobre las que escribir reportajes para La Nueva España. Y
allí estaba ella llena de entusiasmo y energía; peleando para que no se
perdiera la tradición de elaborar el queso casín; participando activamente en
el Certamen anual de la Collada de Arnicio y en cualquier otro evento que
contribuyera a divulgar las bondades de este gran producto.
Por su mirada
franca, su sonrisa afable y su gran carácter,
Marigel Álvarez es el tipo de persona que, aunque pasen muchos años, nunca
llegas a olvidar. Y el tiempo me lo demostró cuando, tras un largo periodo sin
contacto alguno, nos reencontramos en la Consejería de Medio Rural y Pesca del
Principado de Asturias.
Personas
como Marigel convierten en verdad absoluta aquello de que todo es posible si
crees y peleas por conseguirlo. Gracias a su perseverancia y también a la buena
gestión realizada -primero como jefa de servicio y más tarde como Directora
General de Agroalimentación- por Tomasa Arce, el Queso Casín, cuenta desde el
año 2006 con el distintivo de calidad Denominación
de Origen Protegida.
Cuando me
reencontré con Marigel, hacía poco que había fallecido su marido Pepe Luis. Los
ojos aún se le humedecían al recordar la ilusión con la que ambos habían emprendido
el proyecto de “Reciegos Agroturismo”, un sueño compartido que aún estaba sin
concluir. Y del dolor sacaba la fuerza y la tenacidad para seguir haciendo
frente a las dificultades que entrañaba la finalización de las obras
pendientes.
Y desde
luego lo consiguió. En 2006, en pleno corazón del Parque Natural de Redes,
abría sus puertas “Reciegos Agrotuismo”, un coqueto hotel rural de ocho
habitaciones decoradas con un exquisito gran gusto que se complementa con una
quesería y una agrotienda en la planta baja.
Desde
aquí mi más sincera enhorabuena a Marigel por la medalla de plata de Asturias
que le entregarán el viernes.
Flor, muches gracies
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