miércoles, 13 de junio de 2012

A LA SOCIEDAD MINERA…


Como si de una mayoría de edad se tratara la minería alcanza hoy su decimo octava jornada de huelga. La lucha aguerrida de la sociedad minera acapara la atención dentro y fuera de España. Millones de personas siguen expectantes el devenir de los acontecimientos. Se suceden ríos de tinta y raudales  de solidaridad.

Personalmente llevo días dándole vueltas a escribir algo sobre el tema en mi blog, pero el contexto me abrumaba.  ¿Qué podría yo aportar que no se haya dicho o escrito ya sobre la valentía, el coraje y el arrojo de los mineros?

La respuesta, quizás por demasiado sencilla, tardé en encontrarla. Nací en el valle del Samuño. Me amamanté con la leche amarga de la huelga del 62, año en el que vine al mundo. Crecí al calor de hombres y mujeres que lucharon denodadamente por la dignificación de las condiciones laborales, las libertades y la democracia. Soy, en definitiva, heredera de una cultura solidaria que imprime carácter y de la que me siento orgullosa.

Y ahí estaba la respuesta a mi interrogante. Mi pequeña aportación, a modo de homenaje, era reflejar por escrito el sentimiento de orgullo que me invade por pertenecer a una sociedad, la minera, que es única e irrepetible a la hora de afrontar colectivamente las dificultades. Si alguien sabe aparcar las diferencias y unirse ante una causa común de interés general, esa es la gente de las cuencas mineras asturianas.

Si la del 62 fue la primera gran huelga del régimen franquista, todo parece indicar que esta puede convertirse en la gran huelga del siglo XXI, convirtiendo de nuevo a la sociedad minera en vanguardia. Millones de ojos contemplan con envidia la unidad y la encarnizada batalla que mantienen por sus puestos de trabajo y por su dignidad. Y saben, aunque algunos quieran hacer ver lo contrario, que no son salvajes dinamiteros. Son hombres y mujeres con arrojo, coraje, valentía y una gran solidaridad. ¡Mucho ánimo!

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