miércoles, 30 de mayo de 2012

UN NUEVO SIGNIFICADO PARA EL TÉRMINO BANQUERO


Un día soleado. Ideal para sentarse en un banco y leer la prensa. Y a eso he dedicado un tiempo esta mañana. A las mujeres siempre se nos dio bien eso de poder estar leyendo y, a la vez, escuchando las conversaciones que hay a nuestro alrededor. Eso practiqué durante más de media hora, haciendo así acopio de información escrita por periodistas e información oral transmitida por la tertulia que mantenían un grupo personas en el  banco de al lado.
A medida que avanzaba leyendo las escalofriantes cifras respecto a la situación de Bankia, tanto las correspondientes a su deuda como al dinero que tendrá que aportar el Estado para su rescate, y sobre la polémica generada en torno a la apertura de una comisión de investigación empezó a animarse la improvisada tertulia de al lado y, con mis ojos en el papel, puse también mi oreja a funcionar.
Hablaban de la subida de la prima del riesgo, de las recomendaciones de Europa de aplicar subidas al IVA. Cada uno a su manera, pero todos concluían lo mismo: nos seguirán apretando sin que sirva para nada. Una de la mujeres mayores añadió: “yo pagaría medicinas o aceptaría con gusto que me bajaran la paga que tengo si mi nieto encontrara trabajo, pero lleva el pobre tres años en casa y, por lo que veo, para seguir”.
Otra cambió de tercio y contó el caso de unos vecinos suyos que habían ido a retirar dinero al banco precisamente para dejárselo a un hijo que acaba de terminar todas las prestaciones del paro. “Se encontró con que los 60.000 euros que tenía ahorrados se los habían colocado, sin que el tuviera conciencia de ello, en eso raro, fondos de inversión riesgo o no sé cómo se llama, y no puede acceder al dinero. Vamos a tener que volver a guardar el dinero debajo de un ladrillo en casa”, sentenció.
Y así de una en otra se fue desencadenando la tertulia en el banco de al lado, sin que dejaran títere con cabeza y, sobre todo, expresando una tremenda frustración ante la situación que nos toca vivir. Pensé: los periódicos informan de estas cosas; conversaciones como estas de los sentimientos de las personas.
Y esa reflexión me llevó a otra sobre la definición de banquero. ¿Por qué banquero es solo el jefe de una banca o el jugador de una partida que lleva los naipes? Por devoción o por obligación los bancos de los parques públicos, es decir los asientos con respaldos, están cada vez más llenos de gente. Digo por devoción porque puede ser un lugar de encuentro y ocio elegido libremente. Pero también digo por obligación, porque cada vez más parados y paradas los utilizan para evadirse de las cuatro paredes de su casa en la que se ven obligados a recluirse por falta de alternativas laborales.
Con esta nueva realidad igual podríamos proponer a la RAE que banquero o banquera significara también algo así como “personas que se sientan de forma habitual y continuada en los bancos públicos”. Y de paso recomendar a nuestros políticos que se sentaran, de vez en cuando, en un banco de estas características para no perder la referencia de lo que piensa y, sobre todo, lo que preocupa a la gente.
Vamos algo así como menos “banqueros de guante blanco” y “más banqueros del parque”  en la toma de decisiones.

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