miércoles, 9 de mayo de 2012

LAS DOS CARAS DE LA MONEDA


Me he levantado con dolor de cabeza. Tengo sensación de no haber descansado. Mientras tomo el primer café de la mañana  recuerdo una extraña sopa de letras: Urdangarín, Ana, Torre, José,  Rato, Silvia, Dívar, Elena…. Entonces me doy cuenta que son los posos de la extraña pesadilla que me ha impedido descansar. Es ese momento entiendo mi  desazón. Me he pasado toda la noche viendo  cientos de rostros: unos conocidos y asociados a distintos escándalos; otros anónimos y protagonizando largas colas en las oficinas del INEM o en un comedor social. Son las dos caras de una moneda que no es precisamente falsa.

Quiero seguir creyendo en la capacidad humana para imaginar y construir un mundo mejor, pero tanto bombardeo mediático sobre conductas que, como  mínimo, son  poco éticas e insolidarias no me ayuda. Está claro que para mí, al igual que para unos cuantos millones más de españoles y españolas, no es un buen día porque nuestra sociedad cada vez parece alejarse más de los valores que deseamos.

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